viernes, 22 de agosto de 2014

CANTO A JESÚS -Leoncio Gianello

Pálido rabino de carnes de lirios...
Porque conociste todos los martirios,
Porque levantaste tu cruz de dolor,
Porque arremetiste contra los perversos,
Porque tus palabras eran como versos
Yo quiero cantarte mi canto de amor.

Por los que no saben que el pesar existe,
que el beso es amargo cuando se está triste,
porque por doquiera se cierne el dolor,
por los que en la vida marchan como extraños
Y sabrán de golpes y de desengaños,
yo quiero cantarte mi canto de amor.

Por los que en un día lloraron sus cuitas,
Los que deshojaron como margaritas
Los ensueños locos que mató el dolor;
por los fracasados, por los angustiosos,
por los que conocen todos los sollozos
yo quiero cantarte mi canto de amor.

Señor de los malos, Señor de los buenos,
que sobre unos pobres dolores terrenos
levantas en cambio tu reino de luz...
Nieztche te blasfema, Renan te falsea,
Los dos han manchado con fango tu idea,
Jesús Nazareno que fuiste a la cruz.

Pasa la avalancha de tus detractores,
deja atrás algunos mezquinos rencores
mucho de mentira, mucho de maldad;
y tu permaneces sereno y glorioso
igual que un perenne Lucero radioso,
en el alma tiempo de la Eternidad.

Todos, en el Padre, fueron tus hermanos:
los hermanos cóndores, los bueyes hermanos,
y el hermano lobo que cantó Rubén;
y todos cabían dentro tu cariño;
por todos, rogaba tu verbo de armiño,
bajo las estrellas de Jerusalén.

Y pocos supieron seguirte en la senda:
te hiciste lejano como una leyenda,
como el ave errante y el lucero gris...
pero, por el mundo ciego de verdades,
marchaba sembrando sueños y bondades
con sus florecillas Francisco de Asís.

Cada cual ofrece, Señor, lo que puede:
que el lirio perfume, que el peñasco ruede;
Anatole France cuenta que un juglar
porque sólo trovas y muecas tenía
un día tras otro con fe las traía

Y las ofrendaba al pie del altar.

Y yo, doloroso Jesús, que me diste
este privilegio de estar siempre triste
y dejar que el alma se vaya en canción
yo que nada puedo, Señor, ofrendarte,
un ramo de versos vengo a deshojarte
con la pena vieja de mi corazón.

Y en cambio, te pido con ruego anhelante
que vuelva de nuevo tu sandalia errante
que en cada pisada dejaba una flor,
Vuelve por los débiles, por los angustiosos,
por los que conocen todos los sollozos
por los que no saben lo que es el amor.

Vuelve por el manso, vuelve por el triste,
por el que no sabe que el placer existe,
vuelve por el malo, por el bueno ven.
Por todas las rosas de todos los junios,
y las hostias blancas de los plenilunios,
Te ruego, Maestro, que vuelvas, amen.

Leoncio Gianello

jueves, 7 de agosto de 2014

SALMO 23

Lo que tenemos en esta ocasión es uno de los Salmos mas conocidos y recitados por el mundo cristiano, en diferentes idiomas, para que lo podamos disfrutar, leer, escuchar..
Para que podamos inspirarnos alabando a Dios.

ESPAÑOL:



INGLES:




PORTUGUÉS:

ITALIANO:


HEBREO:

















https://www.youtube.com/watch?v=daTKeqY-ZIU

miércoles, 6 de agosto de 2014

SALMO 91

El salmo 91 es tal vez el mas conocido de toda la Biblia:


Este salmo trae confianza al necesitado:


Su lectura ha dado fortaleza a miles de sinceros creyentes:


lunes, 4 de agosto de 2014

SALMO 42

Al músico principal. 
Masquil de los hijos de Coré.


Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo;

¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?
Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche,

Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?
Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí;
De cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios,
Entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta.



¿Por qué te abates, oh alma mía,

Y te turbas dentro de mí?
Espera en Dios; porque aún he de alabarle,
Salvación mía y Dios mío.

Dios mío, mi alma está abatida en mí;

Me acordaré, por tanto, de ti desde la tierra del Jordán,
Y de los hermonitas, desde el monte de Mizar.

Un abismo llama a otro a la voz de tus cascadas;
Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.


Pero de día mandará Jehová su misericordia,

Y de noche su cántico estará conmigo,
Y mi oración al Dios de mi vida.

Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí?

¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo?
10 Como quien hiere mis huesos, mis enemigos me afrentan,

Diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios?
11 ¿Por qué te abates, oh alma mía,
Y por qué te turbas dentro de mí?
Espera en Dios; porque aún he de alabarle,
Salvación mía y Dios mío.

Reina-Valera 1960 (RVR1960)